Por Tomás Rubio
A Joan Espino
El mundo real es nuestra catástrofe más intima. Regresamos a él con disciplina cotidiana con absoluta vocación suicida. Sorprende escuchar a artistas como viven disociados entre ese mundo real y las pinceladas de donde ellos atisban un sueño.
Conocí a un poeta. Desde el primer momento supe que lo era, y no me hablaba de poesía, y no traía dolidos los ojos. Sencillamente le sentí con una herida de belleza en el pecho y en su mirada palpitando la quietud del horizonte al que invita la poesía.
No deberíamos nunca dejar de ser artistas, me dijo, porque no hay razón para soltar la roa entre los números y tapiar el ciclo con piedras, encerrar el tiempo en las agendas y llamarnos a esos amores que entristecen las vidas.
No somos dos mundos enfrentados sino arte sin horarios como expresión de vida que todo lo toca, que en todo renace. Existimos por un milagro de la creación que un día nos concibió con arte, con manifiesta belleza, con exultante originalidad. Somos el perfume de ese verso expansivo, somos la consecuencia de ese verbo mágico y creador que se hizo forma en nosotros.
Nacemos de él y nos hacemos en él. Todos somos artistas en el aire de este vuelo, en el aliento de esa palabra, en el agua de ese manantial infinito y vivo. Y ya sea en los escenarios donde nos creemos divos y glamour intranscendente, ya sea en la soledad más sonora que no ofrecen los aplausos, ya sea entre las gentes...como artistas.
Y más lo fuéramos, añadió aquel poeta, si supiéramos serlo cuando solo es testigo Dios y nuestra sorprendente soledad. Somos sencillas gotas de un arte que llueve en nosotros humilde y ofrecido, abriéndonos en el pecho una herida de belleza que pensamos nuestra.
Y se fue el poeta. No he vuelto a verlo. Me dejó el recuerdo de esa herida donde aun no sangro.
El autor es poeta y payaso
elsurdeloceano@gmail.com
Ha sido muy grato conocerle, una persona increíble en un mundo tan extraño. Les invito a leer su columna, publicada en este periódico regional y comprar un ejemplar de su revista personal "El Sur del Océano" que se distribuye en La 37 por las tablas o ver uno de sus espectáculos "Una conferencia Casi casi medica".
Tomás, un abrazo, gracias.
He aprendido bastante de estas notas.
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